lunes, 17 de octubre de 2011

LA SOMBRA DEL SOL








LA SOMBRA DEL SOL
“Basta un instante para hacer un héroe, y una vida entera para hacer un hombre"
Romain Rolland
En los oscuros lamentos de mi mente, recuerdo lo vacio que ha sido estar vivo.
Joseph grigori
6 de junio de 1944 Normandia, Francia
Mis sentidos aturdidos están, no sé si es por el hecho que quiero estar dopado de mi situación actual y no darme cuenta de lo que está sucediendo o va a suceder. Miro el cielo sombrío, solo sombras hay ni rastro de vida alguna, a mi alrededor mis compañeros con miradas de terneros al matadero, cubiertos de sudor ya rancio de tanto miedo que nos invade, con el vomito fresco de algunos de ellos a nuestros pies, sus cuerpos temblorosos semi-inclinados hacia adelante como los ratones en la guarida del gato esperando conocer su destino. Yo Joseph grigori un simple pueblerino, delgaducho apenas con suficiente carne en sus huesos, de ojos hundidos y las típicas características de mis ancestros irlandeses, cabello rojizo crespo acompañado de mis ojos azul noche, mi estatura de 6.2 pies haciéndome sobresalir como bandera roja para mi enemigo, sigo conmocionado por todo lo que ha pasado. De un momento de estar cuidando mi cultivo de trigo en Kansas a estar completamente armado con el conocimiento que tengo que matar a todo nazi que se me atraviese al llegar a la playa, no creo ¡mi situación aun! Sigo adormilado adoptando la misma posición de ratón intentando ser invisible en mi temporal madriguera.
Escucho zumbidos, ¡muchos de hecho! Como una colmena de abejas grande. Zum… zum… zum… el temblor toma a mis huesos por sorpresa comienzan una danza entre ellos para saber cual se mueve más, varios soldados comienzan a rezar a llorar y escucho el ladrar como de perro que está furioso me dio la vuelta en mi sargento que grita a diestra y a siniestra, que nos calmemos, que nos preparemos de eso depende si vivimos o morimos, sigo en mi coma inducido apenas tomo nota de lo que pasa, ya actuó por inercia.
Estamos cerca a la playa, eso que suena ¿son bombas?... ¡oh mi dios! Si es así. Una sensación fria recorre mi cuerpo, hielo formándose en todo mi ser, además del agua de mas que salpica mi rostro, ¡sal, si sabe a sal! Pero en que pienso? Que estoy haciendo?. Se sacude la embarcación y por fin tocamos tierras, mientras proyectiles de una metralleta viajan por nuestras cabezas, mi sargento sigue gritando pero ya no le escucho, no se entiende nada. Cuando de golpe se abre la compuerta los primeros caen como maniquís ante mis ojos, sangre y sesos por todas partes, nos gritan que saltemos por la borda, salte lo más rápido hundiéndome por el peso de mi equipo tomando bocanas de aire que eran agua pero mi cerebro no lo procesaba, fui jalado a la superficie y nade lo más rápido que pude alguna vez en mi vida, sin importar el dolor de mis brazos.
Al llegar a tierra no veía casi nada, el casco tapando mis ojos y la arena que salta a mi alrededor burlándose de mí por quedarme allí quieto. Ahora las zumbidos son más fuertes, cercanos rozándome constantemente, cogí mi fusil y comenzó a correr como un poseso, caí sin darme cuenta ¡de seguro me tropecé! Un dolor quemante domina mi pierna, no importa hay que seguir corriendo. Una nube negra estalla en mi cara, no escucho nada… no escucho… miro, sin ver nada y todo hombres que caen, sangre que corre presura a encontrarse con el mar, miembros esparcidos, balas por todos lados.
¡No más¡ ¡qué diablos estoy haciendo aquí sentado¡ ¡esperando el té¡ ¿¡una invitación a cenar¡?, me levanto como puedo y disparo como loco a donde veo sobre salir la metralleta, me voto al suelo me arrastro, sigo disparando y gritando toda blasfemia a los nazis “como si al caso me escucharan” disparo mas y mas, sin importarme nada, compañeros llorando pidiendo ayuda ¿a quién? No se… ni yo mismo sé que estoy haciendo solo se, que quiero vivir un día mas para ver esos malditos sufrir.
Encuentre municiones recargo y sigo disparando varios malditos han caído ya, no sé si por u otros no importa hay que terminar ya, muchos compañeros heridos pidiendo ayuda y nadie que pueda ayudarlos, ¡alguien que haga algo¡ grito con desesperación. Nadie me responde, tome la decisión me arrastre hasta el más cercano, él cual ya no tenía pierna y lo jale hasta la equis de madera donde estaba disparando, rompí su pantalón haciendo un torniquete sobre lo que le quedaba de muslo tratando de evitar una hemorragia, él pobre ya se había desmayado del dolor seguía vivo, así continúe con tres más que se encontraban cerca y seguían vivos “al parecer”. Resistimos, vivimos un poco más, después de unas horas nos rescataron.
Ellos siguen vivos, yo también por supuesto por este hecho recibí una Medalla De Honor De La Armada siempre me pregunto ¿la merecía? siento que no hice lo suficiente ya que como le he dicho a muchos estaba dormido, hasta que desperté en la realidad del mundo.

Descripción un dia normal en bogota

Hoy en un viernes normal, donde muchos salen y disfrutan del llamado de la noche para salir del estrés o la rutina continúa de la vida. Mientras yo con mucha prisa o sin ninguna de acuerdo al vivaz o quizás denso cansancio en mis pies.
Caminaba por la séptima de camino a la avenida Jiménez al final de esta por mi lado derecho la iglesia de san Agustín “que en realidad nunca he visitado, por los aromáticos olores de sus muros” y al lado izquierdo el edificio del Banco de la República, donde de su costado izquierdo hacia el norte me tope con una imagen que llamo mucho mi atención, un grupo de personas reunidas en un semi-circulo mas bien un ovalo de diferentes estatus y opulencia, por las ropas que estos llevaban puestas.
Me acerque con indiferencia y allí en medio de este semi-circulo un hombre de rodillas de estatura promedio, tez trigueña, cabellos oscuros que alcanzaban a rozar su nuca, sus ojos similares al café molido y acompañado de una indumentaria sencilla de pantalón y saco oscuros mas sucios que limpios, se inclinaba afanosamente sobre un rectángulo grande de color blanco el cual poseía manchas de colores. No identifique era “en un principio” al ver como volaban sus manos a las latas de color rojo que descansaban apoyadas detrás de él y el sonido inmediato que explotaba como un pequeño silbido llamando la atención a su publico presente, me di cuenta de la maravillosa obra que estaba creando la cual ya tenia embelesados a sus espectadores haciendo comentarios y admiraciones con sus gestos.
En aquel lienzo (o pedazo de papel) reposaba una luna inmensa de color blanco marfil sobre un cielo donde se mezclaban los últimos vestigios de vida del día con la premura de la noche, donde ya brillaban con alegría pequeñas gemas de color crema que llaman la atención hacia el firmamento. Mientras de la fértil tierra se desprendían hermosos pinos orgullosos de su gran altura y porte de un asombroso color verde de esmeraldas recién pulidas, en medio de estos nacía una cascada de agua casi blanca de la misma fuerza con que caía dando la impresión de llegar de una gran altura formando una densa bruma que se unía con las aguas pacificas de un verde azulado de la laguna que yacía a los pies del acantilado esperando silenciosamente la llegada de un amante impetuoso. Un muro levantándose desnudo de piedra caliza rodeándola, mostrando bellas formas de ser veneradas y en su contorno cubriendo con timidez, arbustos espesos de color jade con su manta blanco plata sobre si mismos intentando imitar el reflejo de la luna sobre la pacifica laguna.
Muy sencillo aquel lienzo es. La vida simple y no corroída que representa muestra febrilmente la armonía que su nuevo amo desea para adornar sus paredes. Alrededor de este joven, muchas más pinturas descansan esperando ser llevadas también.
Un olor atrae mis sentidos recodándome noches placenteras en mi hogar me dejo guiar por este, mis ojos entrecerrados solo quieren que mi cuerpo se deje llevar por el dulce olor ¡exquisito aroma! Una leve bocanada de glotonería a mi ser. Papayuelas, maracuyás, yerbabuena, manzanilla, limones y miel, demás ingredientes que no recuerdo su nombre me recibieron haciéndome añorar mi casa, mi cama. Mezcla combinación perfecta de colores amarillos de medio día y verde campo en agua, ya no tan cristalina por la obtención de los deliciosos sabores que ahora la acompañan.
Mientras me deleitaba entre colores y vapores que inundaban mi nariz, capto mi atención un hombre mayor que se encontraba a unos pasos de mí por mi lado derecho. Este vestía un traje de oficina de color beige sucio, chaleco verde tal vez “oscuro” con diseño de rombos, zapatos parecidos a mocasines y una cachucha de identificable color “por la limpia visión que daba”, patillas largas, densas, grasientas decoraban su rostro de piel muy morena que en otro momento demostró mejor semblanza.
Lo que mas me impacto fue que tenia dos muletas cada una colgaba de cada mano, arregladas “al parecer” muchas veces por la cantidad de cintas, envolturas blancas que rodeaban sus patas. Estas se movían con gozo decadente del cuerpo del hombre, en su cara una sonrisa la llenaba de su boca con los pocos dientes que la habitaban, cantaba la canción Bam Bam Bi Di Bim Bom Bom del difunto Joe arroyo esa alegría tan manifiesta en su semblante me lleno de felicidad, a pesar de lo descuidado, bullicioso y peligroso del centro “a cualquier hora” hay belleza, placer que adorna la existencia de los mas humildes y desafortunados de nuestra sociedad, sin importar las circunstancias mas adversas que los acompañen.

miércoles, 24 de agosto de 2011

LA LUNA Y SU LOCO

Ella tan pura y lejana, con su cuerpo tentador cegándome a todo lo demás. Distante y pasiva como ella no hay otra igual. Siempre conservándose de la misma forma tan tenue, pero nunca mía. Observarla tanto mata, como aviva los deseos de mi corazón.

Oscuridad ocúltame en ti, déjame perderme, ser una forma difusa, déjame estar contigo para acallar estos pensamientos sombríos de no tenerla a ella.

No importa lo estrecho que se vuelva mi camino. Tus amigas celosas de mi atención en ti han intentado convencerme de olvidar mi obsesión, este deseo vano e insulso que me ahoga al pensar en ti. Pero he dicho ¡no, solo ella puede embargarme, solo ella puede anularme para siempre, solo ella puede hacerme un loco de tiempo completo!, ellas tomaron la decisión de abarcarte sin cesar, para que les preste atención y no me fije mas en ti. Pero tu ¡oh mi bella! Sin ningún incomodo silencio que te colme hacia ellas, las mantienes como siempre… alejadas de ti.

He pedido ayuda a ese amigo tuyo y mío que lleve mis palabras hasta donde te encuentras, pero veo con tristeza que se pierden en el camino y no te llegan a tocar, aun así lo intento todo el tiempo, que aquellas palabras susurradas al viento así sea solo por esta ocasión te lleguen a rozar tan si quiera un momento.

Supieras la desazón que ocupa mi mente, el peso inmundo que hay en mi pecho. ¡Tu deberías ser mía, y solo mía!, si ¡soy un egoísta! Lo sé muy bien quisiera mantenerte prisionera por un espacio intemporal donde nadie más que yo se cubra con tu presencia, pero no puedo no podría lastimarte de esa forma, prefiero compartirte con todos a que solo una fugaz mirada tuya nunca pueda ser dirigida hacia mí.

Dejare todas mis ambiciones y rencores a un lado por verte libre, bella, poder disfrutar de mis deseos vanos, la quemazón constante e inocua que crece en mí con solo gozar de ti. Pero no olvides que a pesar de querer verte libre ¡ningún ser falto de recato o modestia, se acercara a ti!, ¡no permitiré que mis buenas obras sean pisoteadas por cualquier ser abrumado por tu presencia! Solo yo puedo apreciarte y mantener tu independencia intacta, sin tocarte, sin dañarte.

Solo te pido que le obsequies a tu humilde lacayo, un beso salido antes del amanecer, un vistazo de tu silueta diluyéndose con el pasar del tiempo, una sonrisa intima como la que compartimos hoy y que sea para siempre para este loco que te mira.

sábado, 13 de agosto de 2011

UN DIA

Hoy en esta fría mañana siendo ya las 11 am, en el puente peatonal frente a Subazar. Me encontré subiendo la rampa para poder llegar a la estación del Trasmilenio, cuando vi en el mismo sitio al mismo señor ciego extendiendo su mano desnuda y diciendo en un murmullo –una colaboración, por favor—pensé, hace tanto tiempo que lo conozco viéndolo allí, cada vez que paso con prisa para llegar a mi destino, muchas veces sin fijarme en él en realidad, a veces se encuentra sentado allí en su diminuta silla y tal vez un poncho cuando llueve levemente con su siempre infaltable gorra, su chaqueta marrón y en su mano derecha su bastón viejo de bambú .

--¿Cómo se que es ciego? -- ¿es acaso que lleva unas gafas oscuras? -- ¿Qué va acompañado de otra persona?, ¡claro que no! El mantiene sus ojos abiertos, la diferencia es… que solo están sus parpados, es espeluznante al ver ese vacío que los llenaba, sentir que te ve pero no hay nada allí, solo la sensación persistente de que es una mirada penetrante.

Lo veo seguir con sus “ojos” a los transeúntes que pasan por frente a él, comienza a lloviznar y saca de la parte de atrás de su moral (en esta ocasión no ha traído su silla), el poncho para cubrirse de la llovizna que se ha convertido en un fuerte “espanta bobos”.

Sigue allí con su mano extendida y pidiendo en su suave murmullo “una colaboración, por favor” siguiendo con su mirada aquellos que le dan una ayuda palpando con sus dedos el regalo, cuanto fue para llevar su propia cuenta mental de sus ganancias del día de hoy.

Me lo imagino allí todos los días observando, intentado adivinar los colores de la mujer que acaba de pasar, si al caso ¿es hermosa? ¿Cómo será su piel? ¿A dónde va? ¿Quién la espera?, si incluso si a el mismo lo esperan, ¿una mujer, un hijo, un familiar? Alguien además de su cuarto lleno de penumbras, de sonidos curiosos ya tan familiares, que mitigan ese espacio vacio que llenaban sus ojos. Esos mismos silencios que siempre lo llenan sin poder probar los colores, la locura de ser cegado por el sol y maldecirlo por atreverse a tal ofensa, no ¡tal vez él, solo sueña despierto todo el dia imaginando poder disfrutar de las travesuras de las imágenes que nadan al frente tuyo! ¡Poder reírse o criticar por cierta situación inesperada! No solo preguntar ¿qué paso me lo puedes contar, por favor?

Serán esos sus sueños o solo imaginaciones mías, solo puedo imaginar lo que pasa al verlo y perderme en ese vacío que ahora son sus ojos.

El sueño

Capitulo 1

Corrí, corrí y corrí como si estuviera poseída por mil espíritus, llevando mi mano a mi garganta sintiendo que esta se así pedazos con mis jadeos, cuando caí de rodillas el suelo bajo mis manos estaba suave como crema y el olor fragante de la tierra era sutil y delicioso a la vez, me sentía aliviada en calma como si no estuviera huyendo. Descansando todo mi peso en la tierra fui tragada lentamente pero no tenia miedo era tan grande la paz que llenaba mi espíritu que sentía que estaba entre sabanas de seda.

Cuando abrí mis ojos un aliento calido estaba en mi cuello, di la vuelta rápidamente no había nada!, pero todavía estaba sujetando mi garganta, seguía jadeando entonces supuse que me había desmayado, no entendí el porque?, torpemente me levante y comencé nuevamente a correr pero no podía mi cuerpo era tan pesado mi cabello lo sentía arrastrar por el suelo- como si fuera posible- caminaba cojeando por el cansancio, era tan extremo que no podía seguir quería gritar pero a quien? Por que?

Llegue sin aliento cerca de un lago cubierto de frondosos árboles, prácticamente arrastrándome para tomar un poco de agua, el agua tan deliciosa y cristalina prometía muchos placeres, me cantaba y yo como una amante pedía su consuelo. Al acercarme lo suficiente para tomar un trajo fui arrastrada de inmediato al interior, no me estaba ahogando, vas bien estaba flotando me sentía en paz otra vez pero acunada en unos brazos fuertes como si fuera un ser pequeño y frágil, me mecía de un lado a otro me sentía tan tranquila, tan feliz era como si añorara esta sensación todos los días de mi vida, pero que era la vida? Solo un estado para el alma para adquirir experiencia, sabiduría, conocimientos lo mismo descrito de diferentes formas. No lo sabia solo pensaba que por fin estaba en paz, pero era algo que anhelaba? Algo que buscaba con desesperación no lo se? Intente recordar el principio de todo y de nada.

Capitulo 2

Recuerdo que estaba cerca de un riachuelo peinando mis cabellos consintiéndolos hablando a la naturaleza, a todo lo que estaba a mi alrededor como si estuvieran vivos saludando al cielo, a las flores preguntado les como estaban, me reía tontamente como si pudiera escucharlos, cerré los ojos recordando hasta el mas mínimo sonido de ese día. El suave viento rozando mi nuca desnuda hasta la base de mi espalda, el sol calentando mis brazos y rostro, cuando de un momento a otro fui arrastrada estaba amarrada de brazos y una mano grande en mi boca, grite pero al momento todo se volvió oscuro no había nada, ni nadie.

Desperté gritando cuando me di cuenta que estaba en un cuarto bellamente decorado de un delicioso verde oliva y dorado toda seda y edredones. Baje de una cama grandísima de dosel con un intricado tallado de ramas y flores, al instante me maree no sabia que hacer recordé lo sucedido pero como paso no lo se? Antes de tocar el pomo de la puerta fui empujada instantáneamente a la cama con una fuerza que me dejo aturdida, agitando mi cabeza para quitar el mareo provocado por esa fuerza, caí en un sueño profundo otra vez.

Unos dedos fuertes pero tiernos acariciaban mi frente, sonreí entre sueños me sentía segura, cuando recordé todo que paso salte hacia atrás mirando sin ver todo a la vez y nada, cuando mire el lado de la cama izquierdo un hombre alto de tez del color de la canela y suaves ojos color tierra fértil, se quedo mirándome como preguntándose si me había hecho daño alrededor de su rostro caía a la altura de una mandíbula cuadrada muy hermosa su cabello color negro como la noche con un rayo de luz de plata de luna – Como estas? – me pregunto no sabia que pensar, opte por conseguir respuestas rápido - donde estoy y quien eres? – con una sonrisa en los ojos pero una línea de arrogancia en los labios respondió –donde crees tu? – me sorprendió su respuesta como si esperara a que yo lo desafiara – por que no lo se, es que pregunto, no crees? – con toda la altanería de la que me creía capaz me levante rápido despojándome de las sabanas y caminando decididamente a la puerta, cuando la misma fuerza anterior me lanzo a la cama otra vez pero en esta ocasión con mucha suavidad pero rápidamente – no vuelvas a contestar así!, tu fuiste la que me llamaste, acaso no lo recuerdas?- lo dijo con tono cortante tan cerca de mi boca, como para confirmar que su palabra era ley.

Capitulo 3

Totalmente asustada no sabia que hacer- me harás daño?- dije con voz temblorosa – no, al menos que me hagas caso. Lo harás? – intentando estar en calma otra vez, pregunte – que quieres de mi? – sujetando mi barbilla con suavidad y firmeza dijo – no importa lo que yo quiero si no lo que has estado buscando – lo expreso con tanta serenidad que me pregunte, de que hablaba – no entiendo, que quieres? – a ti, solo a ti – lo miraba incrédula – no te conozco déjame libre! – no puedo, no quiero – seguía con esa actitud llena de calma – que me desespero y grite – déjame libre no se que o quien eres! – Aclarándose sus ojos y tomando un color plata, respondió con voz dura - dime todo este tiempo que has hablado al viento, al agua, al sol por que lo haces? – sorprendida respondí – por que me gusta creer que todo lo que esta a mi alrededor tiene vida, porque? - me miro con incredulidad, riéndose – pequeña, gracias a tus conversaciones diarias, ahora estoy aquí – aun no comprendía lo que quería decir, con voz calma pregunte – que eres? – el rió amargamente sentándose a mi lado rozando mi mejilla con sus dedos, respondió – soy tu sueño, tu ilusión el ser que ha vagado por tu mente compartiendo tus recuerdos, yo soy tu y tu eres yo – aunque no entendí nada, le creí – yo te conozco tanto como ami pero no te he visto, has sido el que me atormentado? Por el motivo por el cual odio soñar? – con ojos brillando con lagrimas quería que el confirmara mi mas grande temor – si – ya sus ojos volviendo hacer ese hermoso color tierra - pero pequeña por que siempre huyas de mi? Por que huyes? – no sabia que decir después de tantos años huyendo me di cuenta que quería estar sola y no, que quería amar y no, tan confundida estaba que no sabia si respiraba si estaba viva o muerta cada día que pasaba – no quiero pertenecer a nadie- respondí con toda la arrogancia que pude- por que te mientes a ti misma, me buscas y luego huyes, se que me anhelas – rozando mis labios con sus manos, volteé el rostro y supe que era verdad pero que podía hacer ya no podía huir mas – dime que quieres de mi, que puedo hacer para salir de aquí? – con una sonrisa que ilumino todo su rostro respondió – soñar.

Capitulo 4

Con susto me solté de el y corrí para escapar, grito detrás de mi – no mas! – seguí corriendo tratando de hallar una salida de ese laberinto corría, pero solo veía puerta tras puerta, vi una puerta del extraño color plata que se pusieron sus ojos cuando se enojo, escuchaba sus pisadas cerca tuve miedo me abrí el pomo y caí era un gran precipicio dorado y verde como la habitación, era tan grande que el tiempo paso. Sentí que fueron años, décadas, siglos olvidando todo y todos al final cuando toque suelo comencé a correr.

Ahora lo recuerdo todo, pero donde estoy? Por que me siento protegida? Seguía acunada en esos fuertes brazos, me sentía tan bien que no sabía como no me pude sentir así antes.

Al abrir los ojos esta de vuelta en la habitación rodeada por los brazos de el, me sentía completamente feliz pero no entendía que fue todo lo que paso que sucedió? Al ver en mis ojos tantas preguntas – sonrío, acariciando mis rostro con los labios dijo – por fin has dejado de soñar pequeña? – que quería decir? – no entiendo a que te refieres? Pregunte – el me miro con dulzura y me beso mis labios lentamente poniendo pequeños besos por todo mi rostro – estaba preocupado hacia tres días te quedaste inconsciente cuando resbalaste en el riachuelo, no lo recuerdas? – no recordaba absolutamente nada, solo la angustia de soñar y nunca despertar – es cierto que paso eso, tuve un accidente? – me senté bruscamente abrazándome a mi misma recordando esa conjunción mental tan grande, de que nada era real y todo mentira, quien podría decir que no estaba soñando otra vez? Que si estaba despierta? – como se que no estas mintiendo? – cambiando sus ojos a un color plata me cogio de los brazos y me zarandeo dos veces – estoy cansado de esta situación, por que no me crees yo soy tu y tu eres yo! No entiendes! – asustada me solté de el y comencé a correr otra vez era un circulo infinito solo pasillos y nada mas, sin puertas, nada mas allá de la eterna soledad y escuche – nunca mas! – pare de repente ya no quiero correr mas he huido bastante, en ese momento la misma puerta que había visto antes se abrir por si sola, entre en ella con miedo y determinación.

Capitulo 5

Abrí los ojos y era un cuarto blanco, todo mi cuerpo dolía mucho, no me podía mover pero escuche a alguien que decía nunca mas! Tuve miedo quería huir otra vez cerré los ojos con fuerza para volver y escapar ya no quería seguir soñando – cuando el hombre a mi lado me miro lagrimas caían por su rostro me beso con fuerza en los labios y repitió nunca mas! Casi como un grito – me asuste como no podía hacer nada comencé a llorar – pequeña no llores todo va a estar bien – lo dijo con una voz tan tierna que me calme y deje de llorar, le pregunte – quien eres? - me respondió mirando mis ojos – yo siempre seré tu, estaré para ti…….siempre……en donde estés! – solo le creí y me abracé a el sin importar si era un sueño o la realidad.



viernes, 5 de agosto de 2011

UN DIA

Hoy en esta fría mañana siendo ya las 11 am, en el puente peatonal frente a subazar. Me encontré subiendo la rampa para poder llegar a la estación del trasmilenio, cuando vi en el mismo sitio al señor ciego extendiendo su mano desnuda y diciendo en un murmullo –una colaboración, por favor—pensé, hace tanto tiempo que lo conozco viéndolo allí, cada vez que paso con prisa para llegar a mi destino, muchas veces sin fijarme en él, en realidad a veces se encuentra lo he visto allí con su silla, tal vez un poncho cuando llueve levemente y siempre con su infaltable gorra, su chaqueta marrón y en su mano derecha su bastón viejo de bambú .

--¿Cómo se que es ciego? -- ¿es acaso que lleva unas gafas oscuras? -- ¿Qué va acompañado de otra persona?, ¡claro que no! El mantiene sus ojos abiertos, la diferencia es… que solo están sus parpados, es espeluznante al ver ese vacío que los llena, sentir que te ve pero no hay nada allí, solo la sensación persistente de que es una mirada penetrante.

Lo veo seguir con sus “ojos” a los transeúntes que pasan por allí, comienza a lloviznar y saca de la parte de atrás de su moral (en esta ocasión no ha traído su silla), el poncho para cubrirse de la llovizna que se ha convertido en un fuerte “espanta bobos”.

Sigue allí con su mano extendida y pidiendo en su suave murmullo “una colaboración, por favor” siguiendo con su mirada aquellos que le dan una ayuda palpando con sus dedos el regalo cuanto fue para llevar su cuenta personal, mental de sus ganancias del día de hoy.


miércoles, 3 de agosto de 2011

ALIENTO



Miro todo a mi alrededor, viendo todo sin ver nada en realidad. El sol golpea suavemente mi espalda, calentándome, dándome calidez hasta el fondo de mi ser. Dejo que el viento juegue conmigo como el mejor prefiera, rodeándome, seduciéndome para dejar que me arrastre a donde el quiera viajar. Miro con cinismo el cielo que se extiende más allá de mi imaginación, ya que es infinito, sin fin para mi.
Me reúno con mis amigos, jugando en círculos, dando vueltas mas y mas lento, mientras el sol sigue golpeando mi rostro. Me he cansado, es un hermoso día pero aun así la fatiga me llena con una gran somnolencia, cierro mis ojos y me dejo caer en el abismo eterno. Como me castiga duramente el viento, ¿Por qué? , no quiero seguir jugando con el , ¡duele de verdad, duele¡. Detengo mi propia caída de ese abismo sin fin, abro mis ojos miro sin mirar el infinito del cielo atravez de mi imaginación. Al cerrarlos de nuevo la nada aparece, solo la nada y ¿y tu en que piensas?
Siento la pesadez de mi propio cuerpo, la sensación dormida de que falta algo y nada. El hormigueó constante de no ser yo, saber en la forma en que he sido utilizado sin beneficio alguno, solo como un vicio constante que aunque sea un mal, es necesario.
A lo lejos escucho el lamento de un violín solo ¬-- ¿Qué le sucede? Me pregunto, mis ojos se nublan de repente y mi cuerpo despierta como si hubiera estado sumido en un mar de ensueño.
Solo confusión y desesperación me invaden, mi vista ciega ahora ya no me guía mas que una letanía; ese lamento profundo fruto de pesares y sueños interrumpidos lo escucho gritar al ritmo de ese suave adagio.
¡Déjame despertar¡ ¡duele de verdad, duele¡ esta desazón, la incertidumbre de perderme en el negro profundo de tus pupilas, ya que el sol no me calienta mi ser y el viento no quiere llevarme a viajar con el.
Déjame mirar, escuchar y ver el lamento del violín, de es amigo mutuo y distante del ser yo, tu y nada al mismo tiempo un todo. Respira conmigo déjame acompañarte disfrutar de lo que no ves y no puedes alcanzar, déjame ser tu y tu ser yo un todo para siempre.